Jaime de la Jara

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¿Somos nosotros los que hablamos con las palabras o son éstas las que hablan a través nuestro? Uno de los rasgos diferenciadores de cierto tipo de arte contemporáneo consiste en la crítica de la representación. Este arte parte de la convicción de que no hay nada natural en el lenguaje, ni existe un afuera del mismo, ya que entendemos el mundo a través de él y es el vehículo con el que los demás se relacionan con nosotros y nosotros con ellos. Ahora bien, esta representación no es neutra, sino que se halla inmersa en una estructura de poder; más aún: es el poder por el que se lucha.

La obra de Jaime de la Jara se despliega precisamente en los recovecos de la representación. A través de la descontextualización de las imágenes y los objetos, a veces fragmentados, revela justamente lo engañoso de las apariencias. Nada es lo que parece. Así, lo que de lejos puede parecer una barca, de cerca deviene una estructura de fieltro, claramente incompatible con la función de aquella ya que el tejido en contacto con el agua dejaría de cumplir la función asignada de flotar sobre la misma. Para De la Jara, como para Magritte, toda representación es un artificio y éste se basa en la convención, no en la naturaleza de las cosas. Por el contrario, a menudo el material del objeto contradice la función aparente de la imagen. Una de las novedades en la obra de este artista madrileño radica, a mi modo de ver, en su utilización de los materiales.

Estos no son meramente receptores de la forma, sino que constituyen un elemento autónomo en el proceso de la representación y en la construcción de las imágenes. No responden a una lógica ideal y exterior a ellos mismos sino que se oponen a esa lógica de la representación, desvelando precisamente la naturaleza del artificio, la violencia intrínseca del mismo. En obras como Spanish boat vemos que a De la Jara no le interesa tanto reflejar la situación social que conlleva la proliferación de pateras en ciertos lugares de la costa española, sino criticar un sistema de representación que da carta de naturaleza a las cosas. El espectador queda desorientado y el artista consigue en sus obras no sólo reflejar y criticar una serie de estructuras sociales determinadas, sino el lenguaje en el que éstas se basan. Nada es lo que parece.

Yolanda Romero

Sobre su obra

HURGAR EN EL ENTORNO

Jaime de la Jara, de profesión indefinida, como convendría designar a los artistas contemporáneos, nos llega casi como un recolector de derribos, en el fondo, un anticuario amante de lo que ya no tiene sentido, aunque ello contenga vivencias que nos quieren llamar la atención sobre lo que ya, en nuestra era de la digitalización, no merece, por su futilidad y obsolescencia, el más mínimo interés.

Pensemos que el racionalismo se dio cuenta de que el principio vitruviano de la utilidad se hallaba en la fría ortogonalidad constructiva que precisamente De la Jara considera como un medio más adecuado para la captación perceptiva de sus creaciones. Si esto ya fue pensado por el racionalismo plástico, ¿qué es lo que no tenemos que pensar ahora los de la era tecnológica cuando nos disponemos a manejarnos en el ámbito de la realidad virtual? Pero De la Jara es un artista, y esto conlleva unos condicionantes que le permiten mirar como una reliquia lo que aún queda de obsoleto en nuestra miserable realidad de aparato. Es obvio que su condición de moderno implica la de persona que para sus actuaciones se sirve de los instrumentos efectivos que tenemos a nuestro alcance, sin necesidad de recurrir a los juegos de la supuesta efectividad escondida que atribuimos a lo desusado.

Con las obras de De la Jara parece que asistamos a los últimos estertores de nuestra sensibilidad superada por las realidades sociales tecnológicas efectivas. Aunque el artista consigue esos resultados mediante la total manipulación irónica de algunos de los elementos de una vida real ida. No en vano, se ha instalado en esa extraña nueva sensibilidad que goza del privilegio de los adelantos que permiten los medios actuales, sin por ello renunciar a los arcaísmos sentimentales latentes, que es lo que se experimenta ante su obra.

RECURSOS SENTIMENTALES

Sus recursos son: la «instalación» –ocupación del espacio para que recupere el gusto por lo arcaico–; la «proyección secuencial» sin interrupción– densa presencia, a través del movimiento, de una noción de tiempo carente, sin embargo, de cronología–; el efecto «exhibición» –para ser conscientes de que no nos hallamos ante la realidad de lo que percibamos realmente– y –se trata de cortar el distanciamiento entre lo real y lo virtual– un efecto «sonoro» implacable, pero no perturbador, que instala al receptor en la realidad del ámbito en el que ocurre la acción creativa del artista. Los sentidos del observador se extravían en una especie de cinta sin fin entre objeto real y objeto manipulado. ¿Qué es la realidad y qué lo manipulado? De la Jara destruye los iconos; los presenta como objetos de falsa perceptividad. Detrás de toda esa obra, grata y perturbadora, hay una aviesa y voluntaria intención demoledora. Lo objetivo se modifica hasta llegar al absurdo deseo de lo que no se puede alcanzar.

Arnau Puig

Crítica de la exposición en la Galeria Palma Dotze

Vilafranca del Penedès, Barcelona (2004)

LA VERDAD DE LA MENTIRA

Si atendiéramos desde dónde miramos y en qué condiciones lo hacemos no caeríamos en el error de creer que las sensaciones nos engañan. Jaime de la Jara decidió emprender la tarea de plasmar lo que al respecto opinaba. Para ello se emplazó en la provocadora y engañosa realidad de los objetos, sus relatos y su percepción. Se dio cuenta de que el tinglado de la verdad y de la mentira provenía de las creencias y no de las realidades: que estas son las que son y que si la luz de una ventana es más clara o más oscura, si se amplía o alarga o se restringe o se afina, donde hay que buscar la razón justificativa es en las condiciones y deseos de observación y no en los objetos mismos, que son tal cual los encontramos o los emplazamos. Los misterios, las cadencias, las incongruencias, son proyecciones del espectador que, emplazado en otras condiciones, daría visiones nuevas. Si se limpian nostalgias y fantasmas sobre lo bello tramposo, con dibujos, fotos, espejos dobles, vídeos, pantallas, maquetas, sonidos, luces proyectores o estructuras, se alcanzan las credenciales del objetivo actual.

Arnau Puig

Crítica de la exposición Lie en el Centre d’Art Tecla Sala L‘Hospitalet de Llobregat, Barcelona (2009)

CV

Madrid, 1972.

EXPOSICIONES INDIVIDUALES

2011 Tid project. Hambre, Madrid.

2010 The Navel. Galería Fúcares, Madrid.

2009 Lie. Centre d’Art Tecla Sala, L’Hospitalet de Llobregat.

Curtain 3_ Poe Solution. Museo de Arte Contemporáneo español, Patio Herreriano, Valladolid.

2008 Laying. Cubo Azul, León.

2007 15 inches. Galería Fúcares, Madrid.

2005 Big-Suite. Galería Fúcares, Almagro.

2004 Galeria Palma 12, Vilafranca del Penedès.

Reflect on. Solo project, Loop, Barcelona.

2003 Sala de Arte Joven de la Comunidad de Madrid.

EXPOSICIONES COLECTIVAS

2011 La Colección. Museo de Arte Contemporáneo español Patio Herreriano, Valladolid.

N’Casa. Galería Fúcares, Almagro.

Celdas. Inauguración del Centro de Arte La Cárcel de Segovia.

Sin título, técnica mixta, medidas variables. Gran Vía 67, Madrid.

Cómplices de futuro. Fundación Coca-Cola, Centro de Arte Alcobendas, Madrid.

2010 Les Rencontres internationales. Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Madrid.

Colección Coca-Cola, Da2, Salamanca.

Les Rencontres internationales. Archistruktur, Haus der Kulturen, Berlín (Alemania).

2009 Les Rencontres internationales, Centre Pompidou, París (Francia).

El tiempo que venga – La Colección IX. Museo Artium de Vitoria.

Artorama. Marsella (Francia).

Fotografías que ver en Madrid antes de estar muerto. Galería Fúcares, Madrid.

Nuevas adquisiciones de la Colección del Museo Patio Herreriano, Valladolid.

2008 Inauguración Fundación Iberia. Pekín (China).

Topografías urbanas. Galería Fúcares, Almagro.

2007 Destino futuro. Jardín Botánico, Madrid.

Planes futuros. Centro Baluarte, Pamplona.

2006 Generaciones 2006. Santa Inés, Sevilla; La Capella, Barcelona; Mercado del Este, Santander; La Casa Encendida, Madrid.

20 años de la Colección. Ayuntamiento dePamplona.

Casal de Solleric. Premio Ciudad de Palma, Mallorca.

Art-TV. Centro Andaluz de Arte Contemporáneo, Málaga.

2005 V Bienal de Artes Plásticas Rafael Botí, Córdoba.

Bienal de Pamplona. La Ciudadela, Pamplona.

Generaciones 2005. Espai Caja Madrid, Barcelona; Mercado del Este, Santander; La Casa Encendida, Madrid.

Reflect_on(fly) Solo project, Loop, Barcelona.

El Barco del Arte, Bilbao.

Mensajes cruzados. La colección IV. Parlamentar con lo real en el tiempo. Artium de Álava, Vitoria-Gazteiz



Obras en Exposición